/ octubre 19, 2020
Ver esta publicación en Instagram Esta semana estuve pensando mucho sobre #liderazgo y el posteo del jueves y creo que es un tema que da para mucho más… En el vivo del miércoles hablamos un poco de eso con algunos #emprendedores. Una de las preguntas que me hicieron fue cuál fue un #FRACASO en mi carrera y eso me hizo pensar y reflexionar porque en el vivo hablé de eso, pero me pasó que en la adrenalina del momento, no pude profundizar bien la idea. A los 28 años me tocó entrevistar, contratar y conducir las primeras personas que fuimos incorporando al #equipo de trabajo de nuestra oficina regional, y me llevó mucho tiempo entender a cada uno en su lugar de trabajo, y tomar consciencia de que las normas, los procesos, #roles, límites y #expectativas que deben ser comunicadas y expresadas. Mi fracaso fue creer que yo podría poner el “ritmo de emprendedor”, y que cada uno se daría cuenta de lo que debía hacer y/o como hacerlo, sin que yo se los comunique. Siempre pensé que si yo puedo, cualquiera puede. Gran parte de lo que he aprendido ha sido mirando, observando, rodeándome de personas de las que fui aprendiendo y pensé que así se podría hacer, que cada uno se “daría cuenta” de lo que se esperaba de ellos, y ese fue mi #error. Y esto es algo que sigo trabajando todos los días para mejorar. Porque lo que creía que no tenía importancia, la gente lo necesita y marca la diferencia. A medida que la empresa crece, empieza a requerir otras cosas, mejores #procesos y orden, es necesario armar un equipo con roles claros para tener una empresa de alto rendimiento con muy buen clima laboral. Esto me hizo recordar a la película “El Pasante”, con Robert De Niro que vimos con @dottipenate hace un tiempo, y me disparó la siguiente reflexión: Cuando emprendemos, el cariño, el amor, la #pasión y el corazón que le ponemos a nuestra “criatura”, hace que nos cueste desprendernos y #delegar, pero nunca olvidemos que eso también es fundamental para que esa creación se desarrolle y para eso no solo hay que rodearse de personas que hagan bien su trabajo, si no transmitirles esa pasión por lo tuyo, para que ellos también respiren la cultura y “adopten” el proyecto como propio #desarrollo #personal #error Una publicación compartida por Sebastián Sosa (@sebasosaemprende) el 19 de Oct de 2020 a las 3:46 PDT
Esta semana estuve pensando mucho sobre #liderazgo y el posteo del jueves y creo que es un tema que da para mucho más… En el vivo del miércoles hablamos un poco de eso con algunos #emprendedores. Una de las preguntas que me hicieron fue cuál fue un #FRACASO en mi carrera y eso me hizo pensar y reflexionar porque en el vivo hablé de eso, pero me pasó que en la adrenalina del momento, no pude profundizar bien la idea. A los 28 años me tocó entrevistar, contratar y conducir las primeras personas que fuimos incorporando al #equipo de trabajo de nuestra oficina regional, y me llevó mucho tiempo entender a cada uno en su lugar de trabajo, y tomar consciencia de que las normas, los procesos, #roles, límites y #expectativas que deben ser comunicadas y expresadas. Mi fracaso fue creer que yo podría poner el “ritmo de emprendedor”, y que cada uno se daría cuenta de lo que debía hacer y/o como hacerlo, sin que yo se los comunique. Siempre pensé que si yo puedo, cualquiera puede. Gran parte de lo que he aprendido ha sido mirando, observando, rodeándome de personas de las que fui aprendiendo y pensé que así se podría hacer, que cada uno se “daría cuenta” de lo que se esperaba de ellos, y ese fue mi #error. Y esto es algo que sigo trabajando todos los días para mejorar. Porque lo que creía que no tenía importancia, la gente lo necesita y marca la diferencia. A medida que la empresa crece, empieza a requerir otras cosas, mejores #procesos y orden, es necesario armar un equipo con roles claros para tener una empresa de alto rendimiento con muy buen clima laboral. Esto me hizo recordar a la película “El Pasante”, con Robert De Niro que vimos con @dottipenate hace un tiempo, y me disparó la siguiente reflexión: Cuando emprendemos, el cariño, el amor, la #pasión y el corazón que le ponemos a nuestra “criatura”, hace que nos cueste desprendernos y #delegar, pero nunca olvidemos que eso también es fundamental para que esa creación se desarrolle y para eso no solo hay que rodearse de personas que hagan bien su trabajo, si no transmitirles esa pasión por lo tuyo, para que ellos también respiren la cultura y “adopten” el proyecto como propio #desarrollo #personal #error
Una publicación compartida por Sebastián Sosa (@sebasosaemprende) el 19 de Oct de 2020 a las 3:46 PDT